¿Os habéis
preguntado alguna vez cuál será la verdadera historia de Caperucita
Roja?¿Por qué el lobo quería las tartas?¿Por qué se las comió?
Escucha y verás...
Caperucita
Roja era una niña de 3 años cuando veía a su abuela preparar sus
riquísimas tartas.
-Abuela,
tus tartas son las más ricas de todo el planeta.-decía
Caperucita.-Shhh. No digas eso, o los hados padrinos te van ha escuchar, esas si que son unas tartas ricas.-Se burlaba la abuela.
Todos los días Caperucita y su abuela se echaban un par de risas.
-Abuela... ¿y estos trofeos?-preguntó Caperu.
-Ahh, ehhh son de ser la mejor abuela del mundo,mundial.-respondía la abuela nerviosa.
La abuela era una mujer muy mayor, con el pelo blanco y rizado. Parecía muy energética y ocupada.
Años más tarde...Caperu ya tenía 12 años, y se dedicó a preparar tartas, como su abuela. Entonces la abuela se puso muy enferma y Caperu le llamó para decirle que iba a ir a llevarle unas tartas y...

-Si
cariño, po...drí...as lla...mar..me despu...-decía
la abuela.
-¿Te
pasa algo abuela?-preguntaba preocupada Caperu.-Lo sien... Caperu, per... no pued... perm... que sub... a la mon... ta... ña -decía la abuela.
-Emmm, abuela ya soy mayor.
-¡N...O! Qui...ero dec...ir, es... mu... peligro...-La cobertura.
Caperucita era muy desobediente, y al final fue a la montaña, allí se encontró a un lobo.
-Hola Caperucita.
-¿Cómo sabes mi...?
-Es obvio, la caperuza. Bueno, a lo que vamos, dame la cesta.
-¿Para qué quieres mi cesta?
-No hay preguntas, dámela y ya está.
En ese momento le cayó al lobo algo en la cola y pegó un rugido.
-¡Ahhh! -Se fue corriendo Caperu.
-¡Espera! -grito el lobo
-¿Qué te he dicho del café?
-¿Qué está prohibido? -preguntó una ardilla con una cámara
Entonces el lobo y la ardilla salieron corriendo detrás de ella.
La niña llamó a su abuela otra vez.
-Abuela.
-Lo siento Caperu, pero no había cobertura en el cielo...Quiero decir en la casa.
-Estás muy rara. -Decía la niña.
-No, luego te llamo que me estoy perdiendo mi serie.
Caperucita llegó a la casa de la abuela y entró,entonces descubrió al lobo en la cama vestido de su abuela.
-Abuelita, ¡qué ojos tan grandes tienes!
-Son para verte mejor.
-Abuelita, ¡qué gorda estas!
-¿Qué pasa, ahora vamos a hablar de lo gorda que me he puesto?
-Abuelita, ¡qué boca más grande!
-Es para saborear las tartas, ¡Dámelas!
Después, se abrió el armario y la abuela estaba recubierta de un paracaídas.
-¿Abuela?
-Puedo explicarlo...
-Venga empieza.
-Trae palomitas Ardilla.
-Hago deportes de riesgo, no quería que lo hicieras tú, te podrías hacer daño.
-¿Y por qué no me lo dijiste antes? Siempre nos lo contamos todo.
-Hice mal, lo sé.
-Lo sé, no, me parece muy mal.
-Lo siento, Caperu.
-Acepto tus disculpas, pero no te volveré a hablar en una semana, y así sabrás lo que es que no te cuenten nada.
-Vale, pero repito que lo siento mucho.
-Adiós Abuela.
-Adiós Caperu. -dijo la abuela en un tono muy apagado.
Después de una semana, la abuela aprendió la lección y Caperu descubrió que el lobo era un crítico culinario que quería describir el sabor de las tartas en su periódico “El Delantal”.
-Espera un momento...¿No se te olvidaba una cosa?
-¿El qué?
-El “ÉRASE UNA VEZ" con el que siempre empiezan los cuentos.
-Sí, pero el maestro no lo tendrá en cuenta.
-Bueno...
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