lunes, 16 de diciembre de 2013

Historias de Navidad

Milagro de Navidad por Ana Elena Lozano Ruiz, 1ºA.


Ésta no es cualquier historia. Es la historia de la suerte, del encuentro de la felicidad cuando no se tiene nada. Ésa es la historia de Naty. Con trece años estaba viviendo en la calle. Sus padres habían muerto en un trágico accidente y ella no estaba dispuesta a ir a ningún centro de menores. Así que empezó a vivir en las calles de Vélez-Málaga con un mote: Naty. En realidad se llamaba Esperanza,pero debía tener cuidado. Nadie podía saber quien era en realidad. A ella le encantaba la Navidad:sus colores,la felicidad de esos días.Pues así se quedó. Ella pasaba sus días dando vueltas por las calles, excepto cuando hacía de niñera para ganar algo de dinero. Adoraba a los niños y niñas que cuidaba. Sobre todo a Marta,una niña de cinco años y a su hermano Adrián, de doce. Solía cuidar de ellos casi todos los días, pues sus padres trabajaban mucho. Incluso en épocas de víspera de Navidad. Ella era la que los llevaba a comprar los regalos.
El día que fue con ellos de compras se lo pasaron genial .Después de comprar todos los regalos,se fueron todos juntos al parque. De camino a casa, se encontraron una cartera. Por como era, debía de ser de un adolescente. Miraron dentro. Sólo había un DNI. Era de Lara Martínez García, nacida el siete de noviembre del dos mil. Decidieron que deberían ir a devolvérsela. Se dirigieron hasta su casa. Al llegar tocaron al timbre.Salió una niña que Naty conocía. Era de su clase. Le contó que se habían encontrado su cartera .Ella les invitó a merendar. Entraron. Dentro pasaron un buen rato. Naty y Lara se hicieron amigas. Naty le contó su historia. Lara pensó que, ya que su hermana se había ido a la universidad, ella podría dormir allí. A Naty le pareció genial. Ya se hizo tarde y volvió a la casa de los niños.

Al día siguiente,todo fue a mejor. Los padres no sólo le iban a dejar quedarse a dormir allí, la adoptarían. Naty se puso muy contenta.Volvería a tener una familia.
A partir de ahí Naty fue muy feliz. Seguía trabajando como niñera, tenía familia...Fue su mejor Navidad. El milagro que tantas veces había soñado.

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