BLANCA
NIEVES, por Adriana Corrales
Érase
una vez una niña llamada Blanca Nieves y vivía con
sus padre en el bosque. Cuando cumplió los 10 años
metieron a su padre en la cárcel y su madre murió en un
accidente de coche. Cuando pasó esto vivió con su abuela ya
que era el único familiar que le quedaba. Un día, salió a dar un paseo, por allí nunca había
nadie pero ese día se encontró con una señorita
que le dijo:
-Hola,
soy Laura Carolina Díaz ¿me podría ayudar?
-Claro,
¿en qué?
-Verás,
el lunes monté una tienda de ropa, si trabaja para nosotros le
daremos un salario de 600 euros al mes y lo pasarás muy bien
con nosotras.
Blanca
necesitaba el dinero para un tratamiento de su abuela porque estaba
enferma, y aceptó.
-¡Claro!
Pero, ¿dónde está?
-Está
en la ciudad, a media hora de aquí.
Después
de 2 años trabajando, Laura le tendió una trampa.
Blanca
cosía siempre con una misma aguja y un día, sin que ésta lo supiera, Laura había preparado un veneno en ella y la
envenenó. Como
se pinchó muy profundamente empezó a sangrar mucho y
llamaron a una ambulancia. Cuando llegaron al hospital, Laura le dijo
a Blanca:
-Blanca
Nieves, no pensé que este asunto llegaría a tanto...
-¿Cómo?
¿De qué hablas?.- Contestó
-Yo
envenené la aguja, pero no pensé que el daño fuese tan grave. Solo quería que te dieras de baja un tiempo, te
veía cansada y no sabía como decírtelo. Perdóname,
he sido tonta. No volverá a pasar. Lo siento mucho.
-¡No
lo puedo creer!- Dijo Blanca molesta y muy enfadada.
Laura
fue a comprarle algo a Blanca, para pedirle perdón. Pasó
por una frutería y una anciana le dijo:
-Tome
esta manzana, sé que tu compañera está indispuesta en el
hospital, llévasela y se curará.
-¡Oh, vaya muchas gracias!- respondió.
Por
lo que Laura vio supo que aquella anciana era bruja.
Le
llevó la manzana y Blanca se curó y siguió trabajando
para Laura.
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