domingo, 2 de marzo de 2014

La Calculadora de Letras, por Eric Choukroun

Hace tiempo en una fábrica de calculadoras, en el país de Yonosedónde, hicieron, para celebrar su 25 aniversario una entrega especial de tan sólo 1.000 súper calculadoras. El hombre más rico del mundo: Donovan Dólar, quería tener una súper-calculadora, ya que eran muy caras. Después de comprarla y, en el trayecto de vuelta a su mansión, se le pinchó una rueda a su limusina. Salió fuera de la limusina con la máquina en la mano y se le resbaló de las manos, la calculadora se cayó por un barranco de la carretera. El hombre la dio por perdida y se fue a fumar un cigarro en el cenicero de su limusina. La calculadora se dio un golpe tan fuerte que cobró vida. Ésta se puso el nombre de Kevin. Kevin no lo pensó mucho y se puso a hacer autostop en un túnel de una autopista. Desafortunadamente, un coche la atropelló, el vehículo se paró y salió un hombre que la llevó a su casa. Kevin se despertó del golpe y le preguntó al hombre que cómo se llamaba para darle las gracias. El hombre, sorprendido por tal proeza, pero le dijo que se llamaba Carlos José y que era profesor de Lengua. Kevin dijo que quería aprender Lengua y el profesor le enseñó. Más tarde, Carlos José intentó enseñarle un poco de Matemáticas, pero a Kevin no le gustó. Kevin fue siempre afín a Carlos José. FIN.

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