martes, 4 de marzo de 2014

La verdadera historia de Caperucita Roja, por Carmen Velasco


¿Os habéis preguntado alguna vez cuál será la verdadera historia de Caperucita Roja?¿Por qué el lobo quería las tartas?¿Por qué se las comió? Escucha y verás...

Caperucita Roja era una niña de 3 años cuando veía a su abuela preparar sus riquísimas tartas.
-Abuela, tus tartas son las más ricas de todo el planeta.-decía Caperucita.
-Shhh. No digas eso, o los hados padrinos te van ha escuchar, esas si que son unas tartas ricas.-Se burlaba la abuela.
Todos los días Caperucita y su abuela se echaban un par de risas.
-Abuela... ¿y estos trofeos?-preguntó Caperu.
-Ahh, ehhh son de ser la mejor abuela del mundo,mundial.-respondía la abuela nerviosa.
La abuela era una mujer muy mayor, con el pelo blanco y rizado. Parecía muy energética y ocupada.
Años más tarde...Caperu ya tenía 12 años, y se dedicó a preparar tartas, como su abuela. Entonces la abuela se puso muy enferma y Caperu le llamó para decirle que iba a ir a llevarle unas tartas y...
-Eh, abuela ¿estas ahí...?-decía Caperu.
-Si cariño, po...drí...as lla...mar..me despu...-decía la abuela.
-¿Te pasa algo abuela?-preguntaba preocupada Caperu.
-Lo sien... Caperu, per... no pued... perm... que sub... a la mon... ta... ña -decía la abuela.
-Emmm, abuela ya soy mayor.
-¡N...O! Qui...ero dec...ir, es... mu... peligro...-La cobertura.
Caperucita era muy desobediente, y al final fue a la montaña, allí se encontró a un lobo.
-Hola Caperucita.
-¿Cómo sabes mi...?
-Es obvio, la caperuza. Bueno, a lo que vamos, dame la cesta.
-¿Para qué quieres mi cesta?
-No hay preguntas, dámela y ya está.
En ese momento le cayó al lobo algo en la cola y pegó un rugido.
-¡Ahhh! -Se fue corriendo Caperu.
-¡Espera! -grito el lobo
-¿Qué te he dicho del café?
-¿Qué está prohibido? -preguntó una ardilla con una cámara
Entonces el lobo y la ardilla salieron corriendo detrás de ella.
La niña llamó a su abuela otra vez.
-Abuela.
-Lo siento Caperu, pero no había cobertura en el cielo...Quiero decir en la casa.
-Estás muy rara. -Decía la niña.
-No, luego te llamo que me estoy perdiendo mi serie.
Caperucita llegó a la casa de la abuela y entró,entonces descubrió al lobo en la cama vestido de su abuela.
-Abuelita, ¡qué ojos tan grandes tienes!
-Son para verte mejor.
-Abuelita, ¡qué gorda estas!
-¿Qué pasa, ahora vamos a hablar de lo gorda que me he puesto?
-Abuelita, ¡qué boca más grande!
-Es para saborear las tartas, ¡Dámelas!
Después, se abrió el armario y la abuela estaba recubierta de un paracaídas.
-¿Abuela?
-Puedo explicarlo...
-Venga empieza.
-Trae palomitas Ardilla.
-Hago deportes de riesgo, no quería que lo hicieras tú, te podrías hacer daño.
-¿Y por qué no me lo dijiste antes? Siempre nos lo contamos todo.
-Hice mal, lo sé.
-Lo sé, no, me parece muy mal.
-Lo siento, Caperu.
-Acepto tus disculpas, pero no te volveré a hablar en una semana, y así sabrás lo que es que no te cuenten nada.
-Vale, pero repito que lo siento mucho.
-Adiós Abuela.
-Adiós Caperu. -dijo la abuela en un tono muy apagado.
Después de una semana, la abuela aprendió la lección y Caperu descubrió que el lobo era un crítico culinario que quería describir el sabor de las tartas en su periódico “El Delantal”.
-Espera un momento...¿No se te olvidaba una cosa?
-¿El qué?
-El “ÉRASE UNA VEZ" con el que siempre empiezan los cuentos.
-Sí, pero el maestro no lo tendrá en cuenta.
-Bueno...


No hay comentarios:

Publicar un comentario